San Francisco el Grande

Saludos gatunoos amigos. En mi afán de mostraros todos los rincones de Madrid, os voy a enseñar, para mí, uno de los templos más bonitos de la capital, si no el más bello; por lo menos el que deja más impresionado al visitante la primera vez (o la segunda, o la tercera…) que se accede a él. Hoy os descubro la Real Basílica de San Francisco el Grande.

San Francisco el Grande desde la Carrera de San Francisco

Su nombre real es Santa María de los Ángeles, pero los madrileños la conocemos desde siempre como San Francisco el Grande. Esto es debido a que, en el siglo XVII, existía un convento en la Puerta del Sol, llamado Convento de San Francisco de Paula, y como este era de mayor tamaño, así se diferenciaban. Forma parte del convento franciscano de Jesús y María, fundado a principios del siglo XIII, sobre una desaparecida ermita dedicada a Santa María.

Basílica desde la Cuesta de San Francisco

Historia

El lugar estuvo ocupado anteriormente por un convento-ermita franciscano, fundado por San Francisco de Asís en 1217. Cuando Felipe II convirtió Madrid en capital del reino, en 1561, el convento fue ganando en riqueza e importancia y llegó a recibir la custodia de los Santos Lugares conquistados por los cruzados, mediante una Junta Protectora de la Obra Pía de Jerusalén, y el Comisariado General de Indias.

Detalle exterior de la cúpula

En 1760, los franciscanos derribaron la primitiva edificación para construir sobre su solar, como ya he comentado, por orden de Carlos III, un templo más grande, que encargaron al arquitecto Ventura Rodríguez. Su proyecto, firmado en 1761, fue desestimado, a favor de un diseño del fraile Francisco Cabezas, redactado por José de Hermosilla. Cabezas concibió una amplia rotonda para el espacio interior, cubierta por una grandiosa cúpula. Sin embargo, las obras tuvieron que suspenderse en 1768, debido a las complicaciones técnicas surgidas, lo que obligó a Cabezas a abandonar el proyecto. Las obras fueron encomendadas entonces a Antonio Pló, que se hizo cargo de la cúpula, concluyéndola en 1770.

Placa del informativa del Ayuntamiento

En 1776 la comunidad de frailes solicitó al rey Carlos III que  se incorporara al proyecto el arquitecto real Francesco Sabatini, uno de los artífices del Palacio Real, a quien se debe la fachada principal y las dos torres que la coronan. También se sumó Miguel Fernández, en calidad de asesor técnico. El edificio fue finalizado en 1784.

Ábside

Durante el reinado de José I (1808-1813), en primer lugar fue destinado a cuartel militar y, debido a su forma circular, se pensó en convertirlo en Asamblea de Cortes, a partir de una remodelación proyectada por el arquitecto Silvestre Pérez. Finalmente, fue convertido en hospital, según Decreto de 3 de marzo de 1812.

Pila de agua bendita

En el año 1836, en el contexto de la desamortización de Mendizábal, los franciscanos fueron expulsados y el edificio quedó en manos del Estado español, a través del organismo Patrimonio Real. Un año después, se barajó la posibilidad de convertirlo en Panteón Nacional, pero la iniciativa no pudo materializarse. En 1838, sirvió de sede a un cuartel de infantería, al tiempo que volvió a recuperarse el culto religioso. La Junta Protectora de la Obra Pía de Jerusalén quedó bajo la titularidad del Estado.

Cúpula desde la entrada

En 1869 se retomó la idea del Panteón Nacional de Hombres Ilustres. Durante los cinco años siguientes, albergó los restos mortales de 14 personalidades de la historia española: Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán; Garcilaso de la Vega; Juan de Mena; Ambrosio Morales; Alonso de Ercilla; Pedro Pablo Abarca, conde de Aranda; Andrés Laguna; Federico Gravina; Juan de Lanuza; Francisco Quevedo; Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada; Ventura Rodríguez, Juan de Villanueva y Pedro Calderón de la Barca cuyo coche fúnebre fue el primer vehículo en atravesar, en 1874, el recién inaugurado viaducto de la calle Bailén, construido expresamente para comunicar el Palacio Real y la Basílica de San Francisco el Grande, salvando el desnivel de la calle de Segovia.

Capilla de Santiago de Compostela

En 1879, el templo fue objeto de una profunda reforma y restauración, impulsada por el político Antonio Cánovas del Castillo y financiada por el Ministerio del Estado. La rehabilitación fue aprovechada para decorar su interior, en un proceso que se extendió desde 1880 hasta 1889 y en el que intervinieron diferentes artistas españoles especializados en pinturas murales y artes decorativas. La mayoría de sus estudios y bocetos se conservan en el Museo del Prado. Las obras fueron realizadas a expensas de los fondos de la Obra Pía de los Santos Lugares, dirigiéndolas, por parte del Ministerio de Estado, Jacobo Prendergast.

Apóstoles rodeando la rotonda

En 1926, el rey Alfonso XIII devolvió el templo a los franciscanos. El 30 de junio de 1962 fue declarado Basílica menor por el papa Juan XXIII y el 8 de noviembre del mismo año quedó bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles, tras una nueva consagración.

Capilla de San Antonio de Padua

Durante la Guerra Civil Española, fue depósito de obras de arte, y mobiliario del cercano Palacio Real. Terminada la contienda, al no ser catedral, pero ser del gusto de los nuevos dirigentes, fue declarada Basílica de Jefatura de Estado, siendo usada por Francisco Franco para los actos religiosos de carácter oficial.

Púlpito

A lo largo del siglo XX se fueron sucediendo reformas y rehabilitaciones, permaneciendo cerrado durante décadas. Cabe señalar la iniciada en 1971, abordada por el arquitecto Luis Feduchi, en la que se actuó sobre las cubiertas y la cúpula, con la impermeabilización del emplomado y la restauración de los frescos.

Capilla de Carlos III

En noviembre de 2001, tras décadas en obras, la iglesia volvió a abrirse al público y en 2006 fueron desmontados los andamios instalados en el interior, con los que los restauradores procedieron a la recuperación de las pinturas murales.

Altar mayor

Templo

La Basílica de San Francisco el Grande es de planta central y circular, con vestíbulo y ábside, rodeada al norte y sur por seis capillas, tres a cada lado. La cubierta se compone de una gran cúpula, y seis pequeños domos, correspondientes a cada una de las capillas.

Detalle de la Capilla Mayor

La fachada principal, de Francesco Sabatini, tiene un diseño netamente neoclásico, si bien matizado por su configuración convexa, necesaria para adaptarse a la planta circular de la estructura. Presenta dos cuerpos bien diferenciados. En el inferior se sitúan tres arcos de medio punto, sujetados por pilastras dóricas. El orden jónico domina el segundo cuerpo, constituido por tres ventanales adintelados. El conjunto se remata, en su parte superior, con un frontón triangular, situado en el punto central, y una balaustrada, que recorre los lados.

Sillería de madera de nogal

El frontón está adornado con la cruz de Jerusalén en el tímpano y, por encima, aparece el escudo franciscano y una corona real. Sobre los pilares de la balaustrada se elevan cuatro estatuas de piedra, representativas de santos, que fueron esculpidas en Londres en 1883.

Detalle de la Capilla Mayor

La fachada está presidida por dos torres. Están cubiertas con chapiteles ondulados, coronados con veletas. En sus vanos, se alojan 19 campanas, ocho de ellas en la torre sur y las once restantes en la torre norte. La cúpula y su linterna asoman entre las dos torres, dominando el conjunto.

Bóveda de la Capilla Mayor

Capillas

Vamos a dar una vuelta por las diferentes y preciosas capillas que, como ya he comentado, se disponen tres a cada lado, en el sur y el norte de la circunferencia central de la planta. Comenzaré por la parte sur, la izquierda según se entra en el templo, y la primera es:

Altar Mayor

Capilla de San Antonio de Padua

Es de estilo neoplateresco. Las pinturas, al igual que en todo el resto de capillas y cúpulas, están pintadas en óleo sobre yeso, lo que supone que con el tiempo aparecen humedades que desvirtúan la belleza de las mismas, eso sí, con posibilidad de ser fiablemente restauradas, pues su fotografía y diseño  se encuentran archivados en el Museo del Prado. La central, es la única pintura de Goya en este templo, y se trata de “San Bernardino predicando a la corte de Alfonso V de Aragón”. En esta obra el mismo pintor se autorretrata. La pintura de la derecha es de Andrés de la Calleja, y tiene una iconografía típica de San Antonio. La de la izquierda, es de Antonio González Velázquez, el pintor de los techos del Palacio Real. El altar es del siglo XIX, realizado por Faustino Nicoli, con muchos símbolos franciscanos, donde destaca sobre todo el alter-cristus, el escudo franciscano, compuesto por una cruz, y dos brazos cruzados, uno de Cristo, y el otro de San Francisco. Tras el altar, se encuentra una imagen de la Virgen del Pilar. Es curioso, e incluso anacrónico, el friso que rodea toda la capilla en su parte inferior, pues está compuesto por cerámica de tipo andaluz, de Cadalso de los Vidrios.

Detalle de los estalos

Capilla de Santiago de Compostela

La pintura central de esta capilla es de José Casado del Alisal, y representa la reconquista a los árabes de la ciudad de Clavijo, en La Rioja, en el 844. La de la derecha, representa la primera basílica de Roma, San Juan de Letrán, y en ella, el Papa Alejandro III confirma la bula de la Orden Militar de Santiago en la III Cruzada en 1173. La de la izquierda, cuyo autor es Marcelo Contreras, representa a San Juan Bautista bautizando a las gentes en el río Jordán. Para los franciscanos esta capilla también recibe el nombre de “Altar de las Órdenes Militares”, pues en el altar están representados los escudos de todas las órdenes militares de aquellos tiempos, en el centro la Cruz de Malta, y a un lado la de Santiago y la de Calatrava, y en el otro, la de Montesa y la de Alcántara.

Corredor de la zona “privada”

Capilla del Altar de Carlos III

Está realizada en barroco español. La pintura central es de Casto Plasencia, y es una alegoría sobre la Orden de Carlos III, realizada el 19-09-1771,según muestra una fecha pintada por el autor dentro del mismo cuadro. Representa a la patrona de esta institución, la Inmaculada Concepción, que impone al Rey, el collar de la orden. Destaca un guiño del autor a su monarca, que instituyó los colores rojo y amarillo como bandera de España, pues los tres ángeles, a diferencia de la iconografía general angelical con colores blancos, azules y pastel, estos visten, uno de amarillo y dos de rojo.

La pintura de la izquierda es de Manuel Domínguez, y representa a la Virgen del Carmen, y la imposición del escapulario carmelita a Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz. La de la derecha, es de Eugenio Oliva Rodrigo, y representa la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción en San Pedro del Vaticano en 1854, por Pio IX.

Cabe destacar la peculiaridad de las paredes de esta capilla, pues en todo el templo, los mármoles blancos son de Carrara (Italia), y el resto, de Guipúzcoa y Vizcaya, sin embargo aquí, sólo es mármol el zócalo inferior, el resto es estuco veneciano y madera, pintados imitando el mármol.

Capilla de la Pasión del Santísimo

Capilla de San Antonio de Padua

Comenzando ahora por el lado derecho, la primera según se entra al templo es esta bonita capilla de estilo barroco italiano. Las pinturas son de 1784. La central es un cuadro de la Inmaculada Concepción, pintado por Salvador Maella, el maestro de Goya. A su derecha, el abrazo entre San Francisco y Santo Domingo en San Juan de Letrán, en Roma, pintado por José del Castillo. A la izquierda está el cuadro de la Sagrada Familia, de Gregorio Ferro, donde la figura principal es San José. Hay que destacar que esta capilla fue utilizada desde 1869, como Panteón Nacional de Hombres Ilustres.

Pinacoteca en el corredor interior

Capilla de la Virgen del Olvido

Esta capilla está dedicada “in memoriam” a la Reina María de las Mercedes, y está realizada por Carlos Luis de Ribera, el director de los óleos de la cúpula central. Cabe destacar la cancela, que al igual que las demás de todas las capillas de la Basílica, fue diseñada por Juan González, en estilo modernista, y fabricadas en hierro dulce, y forman los accesorios más costosos de todo el  templo. Esta tiene la característica de estar “marcada”, en su hoja izquierda, por tres símbolos, el escudo real, el anagrama de Alfonso XIII con la flor de lis, y la cruz de Jerusalén.

Techo de la Ante-sacristía

Capilla de la Pasión del Santísimo

Esta capilla es utilizada sólo una vez al año en Semana Santa, que es  cuando queda expuesto el monumento. Es de estilo neobizantino, con influencia árabe y oriental. El cuadro de la derecha, obra del sevillano José Moreno Carbonero, maestro de Salvador Dalí, representa el “Sermón de la montaña o las Bienaventuranzas”. En el centro, una curiosa obra del murciano Germán Hernández Amores, “La Crucifixión”, donde destaca la posición de los 4 clavos, pues los pies no están cruzados sino apoyados en un pedestal, y el cuerpo de Cristo, que está rígido, recordando a la iconografía románica. A la derecha, una pintura del valenciano Antonio Muñoz Degrain, maestro de Picasso, que es una escena del Santo Sepulcro.

La cúpula de esta capilla está decorada por José Moreno Carbonero, y representa a Dios Padre esperando la venida de Cristo, pero la curiosidad reside en la presencia de numerosos elementos de la iconografía hebrea, como la menora, el candelabro judío, las tablas de la ley de Moisés y el arca de la alianza.

Ante-Sacristía

Capilla Mayor

La Capilla Mayor está instalada en el ábside. Hasta la reforma de finales del siglo XIX, se encontraba presidida por un lienzo de Francisco Bayeu, en el que se representa la aparición de Jesucristo y la Virgen María a San Francisco de Asís. El cuadro está situado actualmente en el coro.

Sacristía

La cabecera está presidida por cinco pinturas murales, enmarcadas en cuatro grandes pilastras, con ribetes dorados. Son obra de Manuel Domínguez y Alejandro Ferrant y se centran en diferentes episodios de la vida de San Francisco de Asís. La media bóveda que sirve de cubierta al recinto fue decorada con pinturas de José Marcelo Contreras, sobre fondos dorados. Debajo de las pilastras hay situadas cuatro estatuas de los Evangelistas, que se elevan 5 metros sobre pedestales de mármol negro. Fueron talladas en madera policromada imitando bronce, dos por Francisco Molinelli y otras dos por Sanmartí.

Coronación de Santa María de los Ángeles, en el  techo de la sacristía

A su alrededor se extiende lo más importante de esta Capilla Mayor, una sillería renacentista hecha de nogal, con 26 estalos, construida en 1527, y traída desde el Monasterio Jerónimo de Santa María del Parral, en Segovia, y adaptada al lugar por Ángel Guirao, en 1885. Cada estalo está decorado con una pequeña columna, y cada una de ellas, diferente a las demás, y también hay que destacar que tienen misericordias (asientos simulados en los que se recostaban los monjes en la oración), decoradas con formas grotescas y eróticas.

El presbiterio está flanqueado, a ambos lados, por dos grandes púlpitos, realizados, en mármol de Carrara, por Nicoli, que también realizó la balaustrada de mármol de esta capilla.

Detalles de la sala capitular

Interior

Pasamos ahora a la parte “privada” de la Basílica, que todavía sigue siendo convento, pues en los pisos superiores, todavía viven 8 frailes, aunque aquí han llegado a habitar hasta 200 monjes. La parte visitable, se compone de la ante-sacristía, la sacristía y la antigua sala capitular. A ellas se accede a través de un corredor de entrada y otro de salida, donde se encuentra la pinacoteca de la Basílica, compuesta por 52 cuadros, propiedad del Museo del Prado, que permanecen aquí en depósito. Son de diversos pintores, y están dedicados a la vida de San Francisco de Asís. Los más importantes son de Zurbarán y Alonso Cano. En estos corredores destacan las 122 sillas, que  son originales, y que se trasladan aquí por motivos decorativos, pues son típicamente franciscanas, es decir, muy simples y austeras, e incluso las misericordias están sin decorar.

Otro detalle de la pinacoteca-corredor

Ante-sacristía

Es como una especie de recibidor antes de entrar en la sacristía propiamente dicha. Hasta hace poco era utilizada para estampar las firmas en las actas de las ceremonias matrimoniales. Es una preciosa sala, donde hay mucho contraste de colores, marrón, rojo veneciano, morado… Es del siglo XIX y está hecha en madera en Rascafría, y tallada por los monjes cartujos en nogal. Las puertas son de roble, de doble grosor. Los espejos son del período isabelino, y a través de ellos, se observan muy bien y cómodamente, las pinturas de los techos, de Marcelo Contreras de 1856, que representan, en estilo pompeyano, el Triunfo de la Iglesia.

Capilla de la Pasión del Santísimo

Sacristía

Es una amplia sala alargada y abovedada, que contiene diversos cuadros del apostolado, copias de José de Ribera, el “Españoleto”, pues los originales están en el Museo del Prado. Destaca una escultura de San Francisco, en el centro, sobre una puerta, similar a una que hay en la Sacristía de la Catedral de Toledo, que es de madera, hecha por Juan de Mena. Esta es de bronce, un poco más grande, y realizada por Alonso Cano.

Es importante la fantástica mesa, hecha en Brasil en madera de palo santo, que sirvió para firmar las actas matrimoniales de la boda de la hija de Práxedes Mateo Sagasta. Es curiosa la pieza que la cubre, hecha de mármol belga, negro y sin vetas, que produce un efecto óptico muy atrayente, pues da la sensación de cristal o espejo.

Por último, en esta sala, es fundamental no olvidarse del techo, pintado por Marcelo Contreras, y que representa escenas de la vida de San Francisco. A la izquierda, el Monte Averno, que es donde el Santo recibe los estigmas. A la derecha, representa el comienzo de la tradición de los belenes en 1223, con la estampa de San Francisco y el Buen Pastor. La pintura central representa la Coronación a Santa María de los Ángeles, patrona de los franciscanos.

Capilla de Santiago de Compostela

Sala capitular

Esta sala, fue la Sala Capitular hasta 2002, y aquí estuvo un coro muy similar al del altar mayor, de hecho permanece el parqué original, en nogal y roble. En el fondo, dos cuadros de Alonso Cano, el de la derecha, “San Antonio de Padua”, y la izquierda, “Estigmatización de San Francisco en el Monte Averno”. En el otro lado, aparece el cuadro de Zurbarán “Relación de las órdenes mendicantes”, franciscanos, representados por San Buenaventura, y dominicos, por Santo Tomás de Aquino.

Son impresionantes los colores del techo (son los originales), pintados por Marcelo Contreras entre 1885-86. En un lado, aparece la figura de la Fe, con el alter-cristus y la custodia de Jerusalén. En el otro, la Esperanza, vestida de color verde, y con el símbolo del ancla.

Capilla de la Virgen del Olvido

Cúpula

Y por fin llegamos a la cúpula, de unas dimensiones de 57 metros desde el suelo hasta la linterna, y 33 metros de diámetro, difícilmente de olvidar esa cifra porque coincide con la edad de Cristo. Es la más grande de España, y la cuarta de la Cristiandad, aunque la tercera de forma circular, pues la primera es el Panteón de Agripa en Roma, con 43 metros, la segunda San Pedro del Vaticano, con 42 m., y la tercera, que es de forma octogonal, es la de  Florencia, con 41,50 m. Hay que decir que lo impresionante de esta cúpula es que abarca toda la superficie del templo. Desde afuera no se imagina que, una vez que entras, ya estás bajo su manto.

Reja de la Capilla de la Virgen del Olvido

Las pinturas fueron restauradas entre 2002 y 2003, y son una representación del Cielo, todo con  tonos azules y con la corte celestial. El tema central es Nuestra Señora de los Ángeles y se muestran diferentes escenas de reyes y santos rindiendo pleitesía a la Virgen. Se deben a una idea de Carlos Luis de Ribera, como director del proyecto de decoración y ejecutada por los más prestigiosos pintores de la época (Casto Plasencia, Francisco Jover y Manuel Domínguez). Fueron realizadas sobre paneles de yeso, instalados sobre la superficie interior del domo, y están dispuestas en ocho grandes secciones, separadas entre sí por ocho molduras, que parten del arranque de la cúpula y se cruzan en la linterna.

Detalle de la reja de la Capilla de la Virgen de lOlvido

El contorno de la rotonda está adornado con doce esculturas de los Apóstoles, labradas en mármol blanco de Carrara, a partir de modelos españoles. Descansan sobre grandes pedestales y miden más de dos metros y medio cada una, aproximándose, en algunos casos, a los tres metros. Fueron esculpidas por Agapito Vallmitjana, Jerónimo Suñol, Mariano Bennliure y Ricardo Bellver entre otros artistas. En un nivel superior, y coincidiendo con cada una de estas esculturas, existen pintadas unas figuras, de unos 4 m., con protagonistas del antiguo testamento, y tienen una curiosa sensación de tridimensionalidad. Esto sucede porque no están pintadas sobre la pared, sino sobre láminas apoyadas en el muro.

Capilla de San Antonio de Padua

La decoración del conjunto se completa con una serie de vidrieras policromadas, situadas en los vanos que rodean la parte inferior de la cúpula. Fueron construidas en 1882 en Múnich (Alemania), a partir de un diseño de Amérigo y Laplaza.

Cúpula

Coro

El coro está instalado en la parte superior del vestíbulo. Estuvo ornamentado con la sillería gótica de la Cartuja de Santa María de El Paular (Rascafría, Madrid), tallada en madera de nogal y atribuida a Bartolomé Fernández. Los sitiales permanecieron en San Francisco el Grande desde 1836 hasta 2003, año en el que fueron devueltos a su lugar de origen.

Detalle de la Capilla de Carlos III

Una de las piezas más significativas del recinto es su órgano tubular, realizado en 1884 por la Casa de Aristíde Cavaillé-Coll, de París (Francia), y restaurado en 2001. Es curioso destacar que, en el lado contrario, guardando la simetría, aparece otro “órgano”, que no es más que una simulación, una caja pintada, a través de la que se accede al triforio. También destacan sus esculturas y relieves, entre los que cabe citar el titulado Entierro de Santa Inés, de Ricardo Bellver, labrado en la escalera de acceso.

Coro

En la línea de las restantes dependencias, la bóveda está decorada con pinturas murales. Tienen como tema central la muerte de San Francisco de Asís y fueron ejecutadas en 1882 por Carlos Luis de Ribera y Casto Plasencia. En el coro se encuentra también el lienzo Porciúncula, de Francisco Bayeu, inicialmente situado en la capilla mayor, tal y como os he señalado anteriormente.

Exterior

Es importante destacar que, en el año 2007, fue inaugurado el Parque de la Dalieda de San Francisco el Grande, que se extiende al sur de la basílica, donde, en la Edad Media, estuvo emplazado el claustro del primitivo convento sobre el que se levanta el templo. Tiene una superficie de 4.384 m² y está integrado por diferentes parterres con plantaciones de dalias. Se encuentra presidido por el grupo escultórico de San Isidro, obra de Santiago Costa, que estuvo anteriormente instalado en la Fuente de Juan de Villanueva (1952).

Detalle del coro

Y con esto finalizamos la extensa visita a la, sin duda, más bella edificación religiosa de Madrid. Espero que os haya gustado este recorrido, en espera que vayáis a visitarlo, pues es uno de los lugares más hermosos de la Capital. No me queda nada más que citaros para el próximo artículo. No os lo perdáis, y recordad… ¡PASO LISTA! Saludos gatunos.

FUENTES:

  - Texto:     + Explicaciones de la visita guiada.

+ http://www.madridiario.es/                           http://es.wikipedia.org/wiki/Real_Basílica_de_San_Francisco_el_Grande
- Fotos y video:  + Manolo G. Sanahuja (El Blog de Madriles)

0 comentarios

  1. Preciosa la Real Basílica de San Francisco el Grande !!! Desde su cúpula a las capillas, pasando por sus sillas, rejas, cruces, sus pilas de agua, imágenes y Dios que Bendición de pinturas. Me encanta la vida, obra, del de Asís…y como no ÉSTE santo lugar en Madrid.Gracias por mostrárnoslo…Por cierto muy buena compañía ! ~PAZ y BIEN~

  2. Muchas gracias por compartir tu muy útil opinión, visité el templo el martes y me ha venido de perlas tu información para etiquetar las fotos.

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