Ateneo de Madrid

Saludos gatunos amigos. Hoy nos adentramos en los entresijos del ATENEO DE MADRID. Mucha es la información que he podido reunir a cerca de esta insigne Institución que desde sus comienzos ha intentado extender y consolidar los valores culturales, ideológico-liberales y artísticos de nuestro país.

ANTECEDENTES
Tuvo sus antecedentes durante el Trienio Liberal (1820-1823) con el nacimiento del Ateneo Español, en 1820, en la lucha contra el absolutismo. Se fundó en un principio como una Sociedad patriótica y literaria, y sus actividades fueron políticas y culturales. No tenía local propio, sino que celebraba sus sesiones en un café. Su final sucedió cuando llegaron de Francia los “Cien Mil Hijos de San Luis”, para restaurar la Monarquía Absolutista de Fernando VII, con lo que acabaron las libertades ideológicas y por tanto esta Institución.

HISTORIA
Los inicios del ATENEO DE MADRID datan de 1835, precisamente el 31 de octubre, cuando se debatió, en Junta Extraordinaria de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, una propuesta de Juan Miguel de los Ríos, de establecer un Ateneo científico y artístico que contribuyese a expandir y conservar los conocimientos ilustrados de España, a semejanza del Ateneo Español surgido y finiquitado unos años antes. Con autorización de la Reina Regente, María Cristina de Nápoles, el día 6 de diciembre, Ángel de Saavedra (Duque de Rivas), Salustiano Olózaga, Mesonero Romanos, Alcalá Galiano, Juan Miguel de los Ríos, Francisco Fabra y Francisco López Olavarrieta, fundan el Ateneo Científico y Literario, bajo la presidencia del primero de  ellos. Posteriormente, se le añadió el adjetivo  Artístico.  

Mariano José de Larra fue su primer socio desde 1836, elegido por medio de una especie de sorteo con bolas blancas y negras, y en 1905, entro a formar parte de la Institución la primera mujer, la novelista Emilia Pardo Bazán.

En estos casi 180 años de historia, el ATENEO DE MADRID ha ido desempeñando las funciones de difusión cultural para las que fue creado a través de cursos, conferencias, debates y todo tipo de actividades de carácter científico, literario y artístico, no obstante, por sus salas han desfilado personajes de todas las tendencias, que han aportado al organismo las más variopintas ideas, tanto progresistas como conservadoras, que han contribuido a dar carácter a la historia de la cultura de nuestro país. Esto se demuestra claramente con la lista de Presidentes, de las más diversas ideologías y pensamientos, que han regido su camino, como el Duque de Rivas, Alcalá Galiano, Martínez de la Rosa, Cánovas del Castillo, Segismundo Moret, Menéndez Pidal, Manuel Azaña, Ramón María del Valle-Inclán, Miguel de Unamuno… y otros tantos que han conferido su fuerza a esta fundamental entidad.

A pesar de esta paradójica homogeneidad, que ha creado lo heterogeneo de sus mandatarios, el espíritu de libertad que encierran estas paredes, ha sufrido diversos altibajos a lo largo de su historia, debido a diversas circunstancias políticas que han afectado a su desarrollo habitual. Como en 1923, que bajo la Dictadura de Primo de Rivera, se produce una época de censura y se cierra temporalmente, y luego cae la dirección en manos del Gobierno dictatorial, hasta 1930, en que vuelve a la normalidad. O tras la Guerra Civil Española, en abril de 1939, en que el Ateneo es ocupado por la Delegación Provincial de Educación Nacional de FET y de las JONS y pierde su nombre, pasando a ser el Aula de Cultura y Biblioteca de la Delegación, y la actividad cultural se desempeña al servicio de la ideología falangista, aunque en 1946 recobra su antiguo nombre y pasa a depender de la Dirección General de Propaganda, como organismo autónomo, subvencionado por el Estado. En 1951 pasa a depender del Ministerio de Información y Turismo, con lo que se convierte en el centro más importante de la cultura oficial. Finalmente, con la llegada de la democracia, vuelve a sus orígenes de asociación privada y en 1982 celebra sus primeras elecciones democráticas.

En una de estas épocas, se produjo un hecho que afecta a la historia cultural de nuestro país, pues desapareció todo el Archivo del Ateneo anterior a 1939. ¿Qué es el Archivo del Ateneo?, pues es el conjunto de documentos, de cualquier época y en cualquier soporte, producidos o recibidos por el Ateneo en el ejercicio de sus actividades, y que estaban conservados debidamente para su utilización, investigación y estudio, y que se encontraban ordenados y custodiados por la Junta de Gobierno de la Institución. No se conoce su paradero, y tan sólo han quedado algunas cartas y libros de actas del siglo XIX, y algunos papeles administrativos del XX, lo que significa que, básicamente, se han perdido 100 años de documentación de la historia cultural de España.

Desde que en 1952 se descubrió la terrible pérdida, los manuscritos antiguos se van organizando y custodiando en la Biblioteca, mientras que en Administración, se van generando nuevos documentos que se van archivando en las oficinas. En 1998, se decide hacer un archivo histórico con todo el material existente, y se inicia con un inventario del período 1939-1959, así como recopilación y ordenación de legajos y documentos. En 2008, ya se impone la tarea de asumir la importante responsabilidad histórica, y se emprende la recuperación del Archivo, llevando a cabo un proyecto de organización de los fondos existentes, así como de su recuperación o sustitución del material histórico perdido.

CALLE DEL PRADO, 21
El ATENEO ha ido pasando a lo largo de la historia por varias sedes, desde la inicial, en el Palacio de Abrantes, pasando por la calle Carretas, Plaza del Ángel, calle Montera, hasta llegar a su actual ubicación en la calle del Prado número 21, en un edificio modernista, con modestas proporciones exteriores, solo una pequeña pero preciosa fachada, pero una amplia gama de salas y estancias que llevan impregnadas en sus paredes toda la sabiduría  cultural de los últimos dos siglos. El edificio fue construido por los arquitectos Enrique Fort y Luis de Landecho, y abrió sus puertas el 31 de enero de 1884, inaugurado por el rey Alfonso XII. Está  construido con forma  de cruz latina, y consta de numerosas salas y un gran salón de actos que describiré a continuación.

Cabe destacar en la fachada, bastante simple, pero muy bonita, los bustos de Velázquez, Alfonso X el Sabio y Cervantes, realizados por Arturo Mélida, en clara referencia a los tres pilares del Ateneo, las Artes (Velázquez), la Ciencia (Alfonso X) y la Literatura (Cervantes). La robusta puerta es de hierro fundido y forjado.

Entre sus salas, sobresale sin ninguna duda el impresionante Salón de Actos, con capacidad para 340 asientos, y un escenario adecuado para el uso de numerosos eventos de todo tipo tales, como congresos, actuaciones de teatro, cine, conferencias, coloquios, presentaciones, etc. Es de estilo modernista neogriego, y fue también decorado por Arturo Mélida, con magníficas pinturas murales. Otras salas importantes son la de las tertulias, llamada La Cacharrería, porque cuando el Ateneo de Madrid tenía su sede en la calle Montera, la sala de tertulias tenía una colección de vasos griegos a los que los tertulianos se referían despectivamente como “cacharros”. También es reseñable la Galería de Retratos, ubicada al lado del Salón de Actos, y que contiene 188 retratos de figuras tan ilustres como José Echegaray, Valle-Inclán, Ramón y Cajal, Gregorio Marañón o Emilia Pardo Bazán, todos ellos socios del Ateneo de Madrid.

Forman también parte del complejo, numerosas salas, de diferentes tamaños y usos, sin ninguna característica especial, pero muy funcionales, como la Sala Nueva Estafeta, Salón Ciudad de Úbeda, Sala Emilia Pardo Bazán, Sala de exposiciones Prado 19, Sala de Exposiciones Espacio Prado, Sala de Conferencias, y sobresaliendo sobre todas ellas, la Biblioteca, que cuenta con más de medio millón de libros, muchos de ellos ejemplares únicos, como manuscritos y mapas, y que en tiempos estuvo controlada por Ramón de Mesonero Romanos. Tiene una sala llamada La Pecera, que está techada por una gran claraboya, y dispone además de una impresionante hemeroteca.

Son muchas las actividades que se organizan en el Ateneo de Madrid, alrededor de 23 secciones temáticas, 8 cátedras nominadas, 10 agrupaciones y 19 tertulias, todas ellas formadas por los socios, aparte de gran número de exposiciones, conferencias, y congresos de todo tipo.

INTRAHISTORIA
Otro post más en el que hago hincapié en lo que Miguel de Unamuno (por cierto, socio del Ateneo de Madrid) llamaba la intrahistoria, es decir, aquellos hechos reseñables que acontecieron alrededor de la Institución, sin gran importancia, pero que enriquecen la historia y quedan en la memoria colectiva de las gentes y de las paredes que los han visto desarrollarse.

Empezamos con una leyenda, con bastantes visos de ser realidad. No se sabe bien si desde el palco principal del Salón de Actos, o de una pequeña puerta, ya tapiada, de la Galería de Retratos, se dice que salía un pasadizo subterráneo, de unos 100 metros de largo, que comunicaba con el Congreso de los Diputados, y que era habitualmente utilizado por Manuel Azaña cuando era Presidente del Ateneo, y al mismo tiempo, Ministro de la Guerra.

Una bonita historia nos lleva a la época de los años 20, cuando una de las figuras más singulares de la Institución fue un gato negro que habitaba en el edificio. Entre los años 20 y 30 del siglo pasado, fue el auténtico vigilante y cuidador de todas las instancias, y se dijo de él que era “el gato más culto del mundo” por estar presente en todos los actos, tertulias y conferencias que en el Ateneo de Madrid se realizaban. Además, se decía que también sabía inglés, pues el periódico británico Times, llegaba habitualmente a la Institución, y cada día sus cuidadores, utilizaban las páginas de este diario para que nuestro amigo durmiese plácidamente. Ni que decir tiene que conoció a insignes personajes que se hallaban de visita como Albert Einstein, Madame Curie o Henri Cartier-Bresson, y también fue testigo de la clausura del Ateneo cuando la dictadura de Primo de Rivera, y demás acontecimientos de la época. Por supuesto, también recibió alguna que otra visita de este gato que les habla.

Otra anécdota curiosa sucedió en 1931, cuando los ateneístas, reunidos en el Salón de Actos, debatieron sobre la existencia de Dios. Entre muchas acaloradas discusiones, finalmente se realizó una votación para calmar los ánimos. El resultado del plebiscito resultó negativo; para los eruditos españoles, ¡Dios no existía!.

Uno de los hechos más significativos de la leyenda negra del Ateneo de Madrid, sucedió en 1952 cuando durante unas obras de reforma, estas fueron utilizadas para eliminar el hipotético rastro de simbología masónica (estrellas de cinco puntas) que se hallaba presente en el edificio, exactamente en la verja de entrada, los adornos de la barandilla de las escaleras o las pinturas del salón de actos. Esto fue ordenado por su Presidente Florentino Pérez Embid, que también era Director General de Información del régimen franquista porque, aunque el Centro no era masónico en sí mismo, muchos de sus miembros antiguos y actuales en ese momento, sí tenían esa filiación masónica, como Manuel Azaña, Augusto Barcia Trelles, Mario Roso de Luna, Segismudo Moret o Rafael María de Labra, y Embid lo sabía. Actualmente, tras varias restauraciones posteriores, la mayor parte de esos símbolos han sido nuevamente sacados a la luz, y de hecho, se siguen realizando actos organizados por distintas logias masónicas.

Como he comentado anteriormente, el Salón de Actos multifuncional, ha disfrutado a lo largo de toda su historia de muchos eventos artísticos aparte de conferencias, congresos y demás. Por ejemplo, en él tuvo lugar la primera actuación pública, que realizó a sus 20 años, la mezzosoprano Teresa Berganza, con un repertorio bastante complicado con obras de Schumann, Max Reger y Xavier Montsalvatge. O el cantaor flamenco Enrique Morente, uno de los grandes renovadores del cante hondo, que recibió en 1968 una mención especial de la Cátedra de Flamencología, y que en 1970, junto al guitarrista Manolo Sanlucar, fue el primer exponente de esta especialidad de actuar en el Ateneo de Madrid.

Muchas han sido las mentes privilegiadas que han pasado por estas dependencias, como Benito Pérez Galdós, la actriz Sarah Bernhardt, el científico Albert Einstein, Marie Curie, Joaquín Costa, Manuel Azaña, José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón… y un largo etcétera de personalidades científicas, literarias y artísticas de todas las épocas que han aportado su granito de arena para el engrandecimiento de la Cultura Española y su máximo exponente, el ATENEO DE MADRID.

Queridos amigos del blog, espero que os haya gustado este nuevo “descubrimiento madrileño” que tanto me ha costado discernir, y sobre todo quiero dar las gracias a Alfonso Herran, del Departamento de Patrimonio e Inventario del Ateneo de Madrid, por sus facilidades, consejos e historias, que me han servido de gran ayuda para poder organizar tan inmensa información como he obtenido.

Espero vuestra visita para leer los próximos artículos en este, vuestro sitio, EL BLOG DE MADRILES, ¡no faltéis!… Y recordad, ¡PASO LISTA!. Saludos gatunos.

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