Palacio de Fernán Núñez

Saludos gatunos amigos. Aunque está apenas a 300 metros de mi casa, nunca, hasta ahora, me había detenido a pensar qué había en ese edificio de la calle Santa Isabel número 44, esquina con la calle San Cosme y San Damián, cerca de la calle de Atocha, del Colegio Oficial de Médicos y del Museo de Arte Reina Sofía, y que toda la gente del barrio llama el “Palacio de la Renfe”. Con gran sorpresa, he descubierto y os voy a descubrir a vosotros, que se trata del Palacio de Fernán Núñez, la sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles desde 1985.

Fue adquirido en 1941 por la Compañía de los Ferrocarriles del Oeste de España, y pasó a ser sede del Consejo de Administración de RENFE a raíz de la nacionalización de las compañías ferroviarias. Pero os voy a adentrar un poco en la historia de esta singular y bonita edificación.

Historia

En 1753, Blas Jover y Alcázar, Caballero de la Orden de Santiago, del Consejo de Fernando VI y su Fiscal en la Cámara, y Capellán Mayor del Gran Hospital Real de Santiago, construye su vivienda en unos terrenos obtenidos por la parcelación en 1618 de los huertos del Convento de Santa Isabel. Anteriormente, esos terrenos en los que se edificó el Convento eran solo campo, situados extramuros, y donde el secretario de Felipe II, Antonio Pérez del Hierro, construyó su casa de recreo, que él llamaba la Casilla, y según cuentan los cronistas, era muy suntuosa y llena de riquezas y pinturas valiosas. Estaban localizados en las afueras de la Puerta de Antón Martín, una de las puertas de la Cerca de Felipe II.

En 1769, tras varios traspasos de la propiedad, Miguel José María de la Cueva, XIII Duque de Alburquerque y IV Marqués de la Mina, adquiere la vivienda y en 1790, contrata al arquitecto Antonio López Aguado para que la transforme en “una gran casa, como correspondía a un Grande de España”, finalizando las obras en 1799. En 1803 fallece el Duque y, debido a problemas sucesorios, la mansión es utilizada sucesivamente como cuartel, hospital y viviendas.

En 1815, la mansión es heredada por Felipe María Osorio de la Cueva, VII Conde de Cervellón, quien contrae matrimonio en 1821 con María Francisca de Asís Gutiérrez de los Ríos, II Duquesa de Fernán Núñez.

En 1847 adquiere los terrenos adyacentes para ampliar el edificio y encarga al arquitecto Martín López Aguado el proyecto, que se desarrolla hasta 1849. La decoración interior fue diseñada por Joaquín Edo. El “nuevo” Palacio se convierte en uno de los centros madrileños de la vida social, frecuentado por la Casa Real, la nobleza, la alta burguesía y el cuerpo diplomático.

El periodo de mayor esplendor del Palacio de Fernán Núñez comienza en 1852 con el matrimonio formado por María del Pilar Loreto, III Duquesa de Fernán Núñez y Manuel Falcó d’Adda, Senador por el Partido Liberal, Concejal del Ayuntamiento de Madrid y Embajador de España en Paris.

Los duques decoraron el Palacio con un lujoso mobiliario del que destacan el Comedor de Gala, mostrado en la Exposición Universal de Paris de 1867; las lámparas de Baccarat, La Granja y Murano; los tapices y alfombras de la Real Fábrica de Tapices; y cuadros de Tiziano, Tintoretto, Murillo, Goya, Rosales, Federico Madrazo… entre otros. Muchos de estos elementos ya no están en el Palacio, pues los últimos condes se los llevaron cuando dejaron la propiedad.

Este edificio se convirtió en uno de los más emblemáticos del Romanticismo Madrileño, según lo reflejan en sus crónicas Mesonero Romanos y Gustavo Adolfo Bécquer.

En 1905 el palacio es ampliado y remodelado por el arquitecto Valentín Roca Carbonell y el jardín es rediseñado por la empresa parisina “Cabinet Ch. Revéron, L. Collin, Succr. Arquitecte Paysagiste”, que añade la terraza de mármol.

Durante la Guerra Civil, de 1936 a 1939, la familia de Fernán Núñez y Cervellón traslada su residencia fuera de España, excepto el V Duque, Manuel Falcó y Álvarez de Toledo, que participa en la contienda y fallece en la primera Batalla de Madrid, así como sus hermanos Tristán, conde de Barajas, y Beltrán. Los tres perdieron su vida en la Casa de Campo. En este periodo, el Palacio es incautado y ocupado por las Juventudes Socialistas Unificadas y la Junta del Tesoro Artístico cataloga las obras de arte y traslada las más valiosas a la Basílica de San Francisco el Grande, donde son custodiadas hasta el final de la contienda.

En 1941, Mercedes de Anchorena, duquesa viuda de Fernán Núñez, vende el palacio a la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste de España por un importe de 1.650.000 pesetas, de las que 1.450.000 correspondían al edificio y 200.000 al mobiliario.

En ese mismo año el Gobierno aprueba la Ley de Bases de Ordenación Ferroviaria y de los Transportes por Carretera mediante la que se nacionalizan las compañías de los ferrocarriles de ancho ibérico y las unifica en la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE), y el Palacio pasa a ser propiedad de la nueva empresa que lo convierte en Sede de su Consejo de Administración y Presidencia, y donde permanece hasta los años 70. Se realiza una importante remodelación del edificio a cargo del arquitecto Manuel Cabaynes Matas para adaptarla a su uso como sede social de la nueva entidad.

Ya en 1967, RENFE crea el primer museo ferroviario de España en la planta baja del Palacio. Las reformas son diseñadas por los arquitectos Fernando Ruiz Jaime, Francisco Echeverría y Horacio Domínguez. En 1980 el Museo se traslada a la Estación de Delicias en Madrid.

En 1985 RENFE y FEVE crean la Fundación de los Ferrocarriles Españoles y convierten el Palacio en su sede social. La Fundación se crea con el fin de promover la imagen del transporte por ferrocarril mediante la recuperación, custodia, generación y difusión del patrimonio histórico, cultural, científico y tecnológico ferroviario, con voluntad de colaboración sectorial.

En 2002, se rehabilitan las fachadas, cubiertas, patios, jardín, garaje y viviendas para recuperar los paramentos originales y devolver el diseño de principios del siglo XIX. Actualmente, el edificio está calificado como edificio monumental de alto valor histórico-artístico.

Posteriormente, en 2005, siguiendo la normativa de la Comisión Europea, RENFE se divide en Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) y Renfe Operadora que son las actuales propietarias del Palacio, y que continúa siendo la sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (http://www.ffe.es). A esta fundación hay que agradecer las facilidades mostradas para la obtención de toda esta información histórica, y en especial a Inmaculada García Lozano, Técnico Museología e Investigación Histórica del Área de Cultura y Comunicación Externa de la Fundación, que sirvió de guía a Manolo en la visita especial privada que realizó al Palacio y le aportó todos sus conocimientos para completar los datos que ahora os voy a descubrir sobre el edificio, tomados del artículo que se escribió en octubre de 2015:

El Palacio

La visita al Palacio fue más interesante de lo que me esperaba. Desde la primera sala, quedé asombrado de la belleza y poderío que allí se encontraban ocultos. A medida que iba atravesando una sala tras otra, se acentuaba más esa sensación.

Comenzamos por el Salón de los Estucos, restaurado en julio de 2014 por estudiantes de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid, bajo la dirección de la profesora Laura Riesco, gracias a un convenio que tiene la Fundación de Ferrocarriles Españoles con esta institución para restaurar espacios del Palacio en las diversas Campañas de Verano.

Luego está el Salón Rojo, que los Duques llamaban Sala de Retratos o de los Goya, porque allí se encontraban dos retratos de los esposos pintados por Goya; el precioso Salón de Baile, el más grande de los palacios ducales madrileños, donde destaca, en un frontal, el pequeño palco para los músicos; el Salón Amarillo, que los Duques utilizaban como Sala de Música; el Comedor de Gala, con una gran mesa de madera de nogal; el maravilloso Salón Isabelino, para mí la joya del Palacio, de una belleza sublime, decorado en estilo neobarroco; el Salón Rosa, que era antigua Sala de Billar; el actual Salón de Retratos, donde podemos contemplar los Retratos de todos los Presidentes de RENFE desde 1941; el Salón de Columnas, llamado así por las columnas con capitel corintio que la circundan; la Sala Oval; la Logia…

Es curiosa esta terraza acristalada que da al Patio Rosa, la Logia o loggia, es un elemento arquitectónico procedente del Renacimiento italiano que consiste en una galeria o pórtico abierto y sostenido por columnas y arcos, que en la actualidad tiene un cerramiento en hierro y vidrio realizado en 1905.

Por el nombre, me llevó a pensar en alguna reminiscencia masónica, pero Inmaculada García me comentó que después de estudiar los elementos arquitectónicos de todo el edificio, no ha descubierto ningún símbolo que nos  lleve a pensar de esa manera, por lo que esto se queda en el baúl de los misterios históricos.

Todo los salones del Palacio están decorados en la actualidad, con maravillosas lámparas, algunas de ellas, como las del Salón de Baile, de cristal de Baccarat; con impresionantes tapices copia de los cartones de Goya  realizados por la Real Fábrica de Tapices en el Comedor de Diario o de los Niños; grandes y lujosas alfombras; preciosos relojes que adornan algunos de los salones; valiosos cuadros de afamados pintores, algunos de ellos originales, y otros, tablas copiadas de cuadros de Francisco de Goya. Es también destacable la escalera interior, totalmente de nogal, y con unas vidrieras de la famosa Casa Maumejean.

Hay que decir que todas estas salas se pueden alquilar para la organización de eventos, convenciones y recepciones, con servicios de catering y todas las necesidades que sean fundamentales para el desarrollo de los mismos, así como lugar para realizar exposiciones. También se pueden alquilar estos espacios para el rodaje de películas y programas de televisión. Podéis informaros de todo esto en http://www.ffe.es/palacio/eventos.htm

¿Queréis visitar el Palacio y observar in situ todo esto que os he contado?. No se pueden realizar visitas individuales pero sí visitas guiadas en grupos organizados (asociaciones y otras entidades), con un máximo de 25 visitantes por grupo y cuyo precio es de 125 €/grupo. Para hacer las reservas os podéis informar en http://www.ffe.es/palacio/form_visitas.asp

Bien amigos, espero que os haya gustado este nuevo descubrimiento del Madrid más auténtico. Reitero mis agradecimientos a la Fundación de Ferrocarriles Españoles por la ayuda e información facilitada a “Madrid, entre mi cielo y mi suelo”, y sobre todo, una vez, más, dar las gracias a Inmaculada García por todo su apoyo y explicaciones. Y os cito para el próximo artículo. Os espero, no faltéis, y recordad… ¡PASO LISTA!

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