Cripta de la Catedral de la Almudena

 

Hola queridos amigos. Hoy os voy a enseñar mi penúltima sorpresa de Madrid. Un lugar que ha estado ahí siempre, que sabía que existía, pero nunca había tenido la intención de visitar, porque desconocía su belleza y sus características. Amigos, hoy os “descubro” la Cripta de la Catedral de la Almudena.

Historia

Antes de nada, hay que rebuscar en la Historia de Madrid, y cerciorarse de quién fue el impulsor de la construcción de una catedral digna de una villa como Madrid. Los primeros intentos corrieron a cargo de Carlos I que, agradecido a la Virgen de la Almudena por la curación de su enfermedad, consiguió del Papa León X, el 23 de julio de 1518, una Bula para elevar a catedral la iglesia de Santa María, aunque sus intentos no progresaran debido la resistencia opuesta por el cabildo de Toledo.

Tras él, hubo otro intento fallido por parte de su hijo Felipe II, que ya había constituido a Madrid como capital del Reino, pero como la Archidiócesis de Toledo era entonces muy poderosa, no podía consentir que le hicieran sombra, y la intentona fue infructuosa.

Felipe III, su sucesor, el rey piadoso, consigue un acuerdo con el Concejo para adquirir unos solares frente a la Iglesia de Santa María para que allí se construyese la nueva catedral. Además, consiguió que el papa Clemente VII le otorgase una Bula, pero de nuevo volvió a toparse con la intransigencia del cardenal de Toledo, Sandoval y Rojas.

Más tarde, Felipe IV junto con su valido el Conde-Duque de Olivares, quisieron poner en marcha la construcción de una nueva catedral e incluso llegó a ponerse la primera piedra el 15 de noviembre de 1623, pero se detuvieron las obras al cabo de tres años por falta de presupuesto.

Ya nos tenemos que remontar hasta finales del siglo XIX, cuando la reina Mercedes, tras recibir a la Junta de la Congregación de la Real Esclavitud de Santa María de la Almudena, fundada en 1640, instó a su esposo, el rey Alfonso XII, para la cesión por parte de la Corona de los terrenos necesarios para iniciar esta obra. Como falleció prematuramente a los dieciocho años, el rey, en recuerdo de su esposa, se encargó personalmente que ese deseo fuese conseguido, y el 4 de abril de 1883, puso la primera piedra del templo actual.

El arquitecto oficial encargado de levantar los planos, nombrado por el cardenal Juan Ignacio Moreno y Maisanove, arzobispo de Toledo, de acuerdo con el rey, fue Francisco de Cubas y González de Montes, luego marqués de Cubas, quien proyectó un gran templo de estilo neogótico francés, con orientación norte-sur para que su fachada principal mirase a la de Palacio.

Pero del proyecto inicial, solo pudo realizarse la Cripta. Al fallecimiento del marqués de Cubas, le sustituyó su ayudante don Miguel Olavarría Zuaxuabar entre 1899 y 1904 y a su muerte en 1904, Enrique María Repullés y Vargas terminará la Cripta catedralicia, la mayor de España, y que fue inaugurada el 31 de mayo de 1911. 

La Cripta

El estilo de la cripta es neo-románico con influencias bizantinas. Destacan sus 558 columnas, pero especialmente, las cincuenta columnas monolíticas, en la nave central y el crucero, de gran tamaño, 3,28 m. de altura y 2,20 de perímetro y gran calidad de la piedra.

Tiene planta de cruz latina y una nave central con intercolumnios que forman dos naves laterales muy estrechas y otras dos naves laterales, ya de anchura normal En la construcción de la cripta se emplearon unos 16.000 m3 de piedra de Chao Maças (Portugal).

La entrada de la Cripta está a la altura del número 52 de la calle Mayor, en el inicio de la Cuesta de la Vega. Su fachada exterior es de estilo neorrománico. Tiene una escalinata que conduce a la triple puerta de entrada con arcos de medio punto, el central algo mayor que los laterales. Sobre este primer cuerpo discurre un segundo con siete ventanales de arcos de medio punto peraltados, con una decoración de modelos y formas de tipo medieval.

El acceso, a través de un pequeño atrio decorado con vidrieras, se hace por la girola, donde lo primero que vemos es una pila de agua bendita, enmarcada entre columnillas que sostienen un bonito tímpano con ángeles en oración.

Las capillas están ricamente decoradas y constituyen una espléndida muestra de arte funerario de principios del siglo XX. Voy a relataros someramente cada una de ellas y, a decir verdad, son realmente espléndidas en belleza y ornato. Empezaré por la derecha según se entra desde la calle, que corresponde al lado del Evangelio de la cripta.

La primera capilla, cerrada, pero que se ilumina, está dedicada a Nuestra Señora de Vallivana, que se venera en la ciudad de Morella (Castellón) y sus fundadores fueron don Ramón Pallarés y Prats, y su esposa Antonia González Pérez. El arquitecto fue Repullés y Vargas, y la construyeron Algueró y sus hijos.

La segunda capilla está bajo la advocación de San José, fue fundada por José Martí Prats y Pilar Colás Eguía, y sobre los sepulcros de los fundadores, a cada lado de la capilla tiene bellos relieves de Benlliure, con la Resurrección y la Virgen sacando las Ánimas del Purgatorio, realizados en mármol blanco. La siguiente, muy simple, está dedicada a San Antonio. Es propiedad de la familia Alonso de Santeiro Aspuru.

En la zona del crucero está la entrada a la sacristía y, a su lado, dos altares dedicados al Santísimo Cristo del Buen Camino, de talla moderna y a la Virgen de la Flor de Lis. Esta es una de las “joyas” de la cripta.

Es una pintura mural descubierta en 1623. Se dice que puede ser la imagen que Alfonso VI mandó pintar después de la reconquista de Madrid en 1085, para que el pueblo la venerara hasta la aparición de la imagen de Santa María de la Almudena, al parecer inspirándose en el rostro de su esposa Dª. Constanza, hija del rey francés Enrique I, y colocando en su mano una flor de lis, posiblemente en honor de la procedencia de esta reina.

En el año 1834 los Jardineros de Madrid la nombran su Patrona. Desde 1868 hasta 1911, la Virgen de la Flor de Lis acompañó a la Virgen de la Almudena a la iglesia del Sacramento y luego volvieron a la cripta de la Catedral tras su inauguración.

Desde aquí, todo el pavimento de la cripta está enlosado con decenas de lápidas correspondientes a personajes importantes, algunos de la aristocracia, e incluso a los príncipes de Baviera. Entre los más conocidos están el arquitecto de la Almudena, Fernando Chueca Goitia y su esposa; el ministro de Franco, Federico Silva Muñoz y señora; o Carmen Franco Polo, hija del Generalísimo Franco, y su esposo, Cristóbal Martínez Bordiú, marqués de Villaverde.

En esta sencilla lápida, acoplada al suelo entre todas las demás, sin ningún tipo de parafernalia ni adornos, era donde los nietos de Francisco Franco querían enterrar los restos de su abuelo extraídos del Valle de los Caídos, el 24 de octubre de 2019.

Siguiendo el camino, la próxima capilla está dedicada a la Santa Faz, fundada por la familia Romillo y Ladrón de Guevara, es muy curiosa por su decoración neoclásica y bonitas vidrieras.

Las siguientes dos capillas son las más recargadas y pomposas. Están decoradas con mármoles, bronces y mosaicos. La primera de ellas, está dedicada a la Resurrección del Señor y destinada a los sepulcros del arquitecto y alcalde de Madrid, marqués de Cubas y de su esposa Matilde de Erice y Urquijo. La segunda es la capilla de la Anunciación con más sepulcros familiares. Ambas capillas están cerradas.

Sigue la Capilla de la Virgen de los Dolores perteneciente a la familia de los marqueses de Urquijo. Es de estilo neomudéjar. La última de las capillas de este lado es la del Santísimo Cristo Crucificado, de la familia Trueba Barquín, con un precioso retablo.

Al fondo, a los pies de la nave central, se encuentra el monumento de la familia Soto y Alba. Sobre una gran plataforma, a la que se accede por unas escaleras, hay un majestuoso túmulo funerario formado por seis ángeles que portan el féretro. Todo acotado por una cancela de mármol y rejas en los laterales. En el fondo hay unas llamativas pinturas murales, muy coloridas, con la Asunción de la Virgen rodeada de ángeles músicos.

La primera capilla del lado de la Epístola está dedicada al Sagrado Corazón y a la Inmaculada Concepción, de la familia Peña Boeuf. Siguen la Capilla de la marquesa de San Juan dedicada a San José, San Juan y a la Virgen con el Niño y la de las familias Lanuza, Yravedra y Figueroa, dedicada a los santos madrileños Isidro, Mariana y Dámaso, con vistosos mosaicos y vidrieras.

La más interesante de esta zona es la Capilla de los condes de Santa María de la Sisla, dedicada a la Sagrada Familia, cuya decoración es obra de Mariano Benlliure.

En el brazo del crucero, nos encontramos, adosado al muro, con el enterramiento de los condes de San Esteban de Cañongo y a su lado la Capilla del Santísimo Sacramento, que era el lugar elegido inicialmente para el enterramiento de la reina Mercedes donde el marqués de Cubas había proyectado alzar un grandioso mausoleo que finalmente no se llegó a realizar al ser llevado el cuerpo de la reina al monasterio de El Escorial. Es una capilla dedicada a la oración por lo que no quise molestar haciendo fotos. Sólo realicé unos segundos de vídeo, pues al filmar, no se hace ruido y no impide el recogimiento.

La capilla tiene, al fondo una gran imagen sedente de San Fernando Rey, obra moderna de Federico Coullat-Valera y a ambos lados del crucero, sendos óleos, uno antiguo de la Virgen de la Paloma, de la escuela madrileña del siglo XVII, debajo del cual se encuentra un cristo yacente que sigue el modelo de los tallados por Gregorio Hernández, y otro moderno de la Virgen de la Almudena.

La siguiente capilla compartida está dedicada a dos vírgenes, Nuestra Señora de las Cruces, patrona de Daimiel, por la familia Jiménez de los Galanes y la Encarnación por la familia Tejada-Espínola. La última capilla, de la Virgen del Carmen, corresponde a la familia de José Trobo.

En este lado de la girola hay dos capillas más, la dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe, de la familia García Diego y la del Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de los Dolores, de los marqueses de Maltrana y condes de Gustarredondo, obra de Repullés y Laredo.

En el centro de la capilla mayor, sobre un pedestal, hay un conjunto escultórico presidido por el Sagrado Corazón de Jesús, en el centro, flanqueado por una réplica de la imagen de la Virgen de la Almudena, tallada en 1949, colocada a su derecha y San Isidro Labrador, a su izquierda.

Hay que destacar que la visita a la cripta va acompañada de una suave música sacra que suena continuamente. Esto, junto a la colorida luz que entra por las vidrieras y a la grandiosidad de la arquitectura, contribuye a crear una atmósfera misteriosa y mágica que sobrecoge y envuelve a quien visita el templo.

Queridos amigos. Os ruego encarecidamente que no dejéis de visitar esta maravilla de la arquitectura y el arte funerario, es realmente impactante. Ya sabéis que tenéis que entrar por la calle Mayor, 52. Y ya sólo me queda citaros para el próximo artículo. Os espero no faltéis y recordad… ¡PASO LISTA! Saludos gatunos

Texto:    + Manolo G. Sanahuja (MadridEMCYMS) 
              + Notas facilitadas por la Parroquia de Nuestra  Señora de la Almudena  
              + http://manuelblasdos.blogspot.com.es
              + http://viendomadrid.com

Fotos y vídeo: + Manolo G. Sanahuja (MadridEMCYMS)

3 comentarios

  1. Manolo, no soy madrileño pero me encanta vuestra ciudad (hasta los bordes de la M30; luego ya se vulgariza en extremo). Pero el cariño y pasión, junto con la calidad de lo que pones, me parecen admirables. La he puesto en Favoritos.

  2. He leído y visto los comentarios que se publican en este blog y me siento muy intrigado en los entresijos de tanta historia como encierra esta maravilla arquitectónica.
    Atenor de todo lo dicho estoy muy atento a cualquier comentario que se publique, y digo cuál es el motivo.
    Mi abuelo paterno que por ahora no menciono nombre fue discípulo de Mariano Benlliure y colaboró junto con su hermano en trabajos dentro de la cripta de esta catedral.
    En cierta ocasión estuve insitu preguntando si existía alguna documentación de la historia y construcción De la Iglesia pero parece ser que la guerra civil se encargó de parte de su destrucción documental.
    Terminó con este comentario diciendo que obra en mi poder fotografía del Maestro mencionado (BENLLIURE) con mi abuelo y algunas obras en el interior de la cripta, para quien pudiera interesar.

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