Museo de los Caños del Peral

Saludos gatunos amigos. Muchas veces, pasando por la estación de Metro de Ópera, hemos visto un cartel que indica, Museo de los Caños del Peral. ¿Qué diantres es esto?

Os explico la historia. La fuente de los Caños del Peral existió desde el siglo XV al XIX, al final de la calle del Arenal, que en aquellos tiempos era un manantial que formaba una vaguada, y fue rellenada para crear la plaza de Isabel II, en tiempos de José Bonaparte, a principios del siglo XIX.

Fue construida por Juan Bautista de Toledo, y tenía varios caños distribuidos a lo largo de 34 metros, que servían para abastecer de agua limpia al antiguo Alcázar, hoy Palacio Real, y al Convento de la Encarnación, del que ya os he hablado en un artículo anterior. Se realizaba este cometido a través del viaje de agua de Amaniel.

La Fuente de los Caños del Peral fue una de las primeras fuentes construidas en Madrid y, como se sabe que poseía, además de los caños, unas canalizaciones de agua y una pequeña construcción baja, se supone que también formaban parte de un lugar de baños.

Como ya os he comentado antes, en la edad media, esta zona fue un barranco creado por el arroyo del arenal, lugar por donde actualmente está la calle del mismo nombre, y no se sabe dónde estaba situada la fuente con exactitud, hasta que se descubrieron sus restos en 2009.

Junto a la fuente había un lavadero con 57 pilas que empleaba el agua sobrante de los caños, que el Ayuntamiento arrendaba para su uso, pero como suponía numerosos conflictos, en 1663 lo vendió.

Junto al lavadero, en el siglo XVIII, Francesco Bartoli, un cómico italiano, levantó un corral de comedias, el último de Madrid, que más tarde se convirtió en el Teatro de los Caños del Peral que, a mediados del siglo XIX, dio paso al Teatro Real.

En 1809, con la creación de la actual plaza de Isabel II, la fuente quedó enterrada unos diez metros bajo el nivel del suelo, y ya, cuando se construyó la red de metro de la línea 2, a comienzos del siglo XX, apareció la fuente enterrada a una cota de ocho metros y se mantuvo intacta.​

Posteriormente, en 1991, durante las obras de ampliación realizadas por Metro, se descubrieron los restos de la construcción, pero al ser imposible extraerlos sin dañarlos, quedaron nuevamente ocultos, hasta 2008, cuando se hicieron obras de mejora para la accesibilidad de la estación de Ópera, y quedó al descubierto la fuente en un sorprendente buen estado de conservación

Tras esta reforma de la estación de metro, tras la conclusión de las obras en 2011, se inauguró en el interior de dicha estación un museo arqueológico subterráneo abierto al público y que ocupa un espacio de 200 metros cuadrados.

En él se mezclan restos arqueológicos de los siglos XVI y XVII de las antiguas obras de fontanería que componían los fontanares de la plazuela de los Caños del Peral. Además de la fuente se puede ver una porción del viaje de palacio o acueducto de Amaniel, y otros elementos hidráulicos como la alcantarilla del Arenal.

Como curiosidad, os voy a aportar varios datos interesantes y que enriquecen esta explicación que os acabo de dar:

– A principios del siglo XVI el agua no llegaba a las casas de Madrid, y el abastecimiento se realizaba mediante aljibes o pilas instaladas en las plazas o junto a puertas y murallas. En la Edad Moderna, las fuentes públicas sustituyeron a los aljibes, y parte de esas fuentes es lo que encontramos hoy en Ópera.

– La Fuente de los Caños del Peral contaba con seis caños y sus correspondientes pilas. El agua procedía del manantial de aguas gordas existentes en la plazuela de los Caños.

– El Acueducto de Amaniel se remonta a comienzos del siglo XVII, nacía en la actual Dehesa de la Villa y surtía agua al Palacio Real.

– La Alcantarilla del Arenal vino a paliar el problema de la evacuación de las aguas sucias, por eso se canalizó para que desembocara en el arroyo de Leganitos, en algún punto de la actual Cuesta de San Vicente.

Por último, comentaros que el Museo de los Caños del Peral, puede visitarse según el horario que os facilito, siendo la entrada gratuita hasta completar aforo:

Bien queridos amigos, espero que hayáis disfrutado con este pequeño paseo por el museo más original de la Capital. Espero veros pronto en el siguiente artículo. Os espero, no faltéis y recordad… ¡PASO LISTA! Saludos gatunos.

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