Palacio de Fomento

 
Palacio de Fomento (Ministerio de Agricultura)

Hola queridos amigos. Volvemos de nuevo a finales del siglo XIX para adentrarnos en la administración de la época, pues hoy os “descubro” el Palacio de Fomento, antiguo Ministerio de Fomento, y donde actualmente se encuentra el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Historia

El termino fomento comenzó a usarse en el reinado de Fernando VII, como una Secretaría de Gobernación. Ya en 1851 se creó el Ministerio de Fomento como tal, e incluía Instrucción Pública, Obras Públicas, Bellas Artes, Industria, Comercio y Agricultura. Lo fundó Isabel II en el Antiguo Convento de los Trinitarios, ya desaparecido, que se encontraba situado en la Plaza de Benavente, en lo que hoy ocupa el Teatro Calderón.

Este convento fue fundado por Felipe II en 1545, por lo que a mediados del s. XIX, ya estaba bastante deteriorado. Además, allí lo compartían con la Compañía Lírica y Dramática Nacional, el Museo de la Trinidad, la Escuela de Artes y Oficios, y una sala de exposiciones de la Real Academia de las Artes de San Fernando, por lo que se plantearon construir otro edificio en 1851. Para ello le encargaron al arquitecto Mariano Belmás un proyecto para una escuela de Artes y Oficios, en los terrenos del Jardín Botánico.

Hubo una gran polémica porque le quitaron al Jardín unos 17.000 m2 que se utilizaban para hacer prácticas de cultivos, para guardar herramientas y para usos propios. Era terreno del Ayuntamiento, por lo que éste lo cedió para la universidad, para esta escuela de Artes y Oficios.

Portada

En el proyecto inicial, la planta era como la que tenemos hoy día, una planta casi cuadrada, con una torre en cada esquina, tres pisos, fachada principal de estilo neoclásico y una fachada norte donde habría un gran paraninfo, y dos patios de luces que se conservan actualmente, y en el medio, en el lugar donde ahora está la escalera principal, había dos aulas grandes de dibujo, una para hombres y otra para mujeres, porque en aquella época a las mujeres no se les permitía pintar desnudos al natural.

Detalle de la valla

En 1885 retiran del proyecto a Mariano Belmás, quien dejó el trabajo a medias, pues ya había hecho todos los cimientos, y se lo encargaron a Eduardo Saavedra, que continua con el proyecto, pero ahora para Facultad de Ciencias. Pero se acabó el dinero y Saavedra no consiguió el presupuesto necesario, y además hubo un cambio de ministro, por lo que hubo un parón en las obras durante unos años. Ya no se supo nada más hasta 1891 en que se le encarga la construcción a Ricardo Velázquez Bosco, que fue quien finalmente realizó este edificio, pero ya como Ministerio de Fomento.

Columnata

En 1892, cuando se empezó definitivamente el edificio, ya se estaba construyendo la Estación de Atocha, con su maravillosa estructura de hierro. El arquitecto se dio cuenta que este edificio iba a ser lo primero que vieran las personas que vinieran a Madrid, por lo que cambió un poco el proyecto de Belmás, pero respetando la cimentación, e incluso decidió levantar una planta más, modificó la fachada, la hizo mucho más espectacular, y realizó un edificio como monumento representativo de la ciudad.

Cariátide

También hizo más grandes las torres, que proyectó de estilo francés con el tejado de pizarra, respetó los patios de luces, y puso la escalera, aunque con dificultades, pues necesitaba 400.000 pts. En el último momento, decidió traer el mármol de Bardillo, unas canteras cercanas a Carrara, y lo completó con mármoles de Robledo de Chavela.

Techo de la escalera principal

El edificio se inauguró en 1897 y, desde entonces, se ha ido perdiendo luz pues se han ido construyendo entreplantas, por lo que el edificio inicial de cuatro plantas, se convirtió en 8, más una planta superior, que fue construida en los años 50 del siglo XX.

Escalera principal

Velázquez Bosco y el Palacio de Fomento

Velázquez Bosco era de Burgos, nacido en 1834, estudió en la escuela de arquitectura de Madrid, y fue profesor de arte en la Escuela de Bellas Artes. Lo primero que construyó fue el Palacio de Velázquez en el Retiro, donde empezó a colaborar con el gran ceramista Daniel de Zuloaga. Siempre trabajaba en equipo, y buscaba otro tipo de artistas, escultores, pintores, artes decorativas, para que le ayudaran en su arquitectura de color.

Sus edificios, a diferencia de los típicos de la época, que solían ser todos monocromos, son muy coloridos. En las fachadas del Palacio de Fomento pone junto a Zuloaga placas cerámicas, con dibujos coloristas, y también usa el ladrillo rojo prensado para dar la bicromía.

Vista general de la escalera principal

Su segundo encargo fue el Palacio de Cristal para la exposición de Filipinas. Allí empezó a colaborar con Alberto de Palacio con la estructura de hierro y cristal. En los vanos que no tienen cristal, colocó las placas de cerámica de Zuloaga.

Biblioteca

Y me centro ya en el Palacio de Fomento. Para los techos de la escalera llamó a un dúo de pintores con los que ya había trabajado, Alejandro Ferrán y Manuel Domínguez, que ya habían colaborado juntos en la restauración de los frescos de San Francisco el Grande. Es un estilo de pintura muy académico, a finales del romanticismo y principios del Impresionismo. Alejandro Ferrán es famoso por sus retratos y sus acuarelas. Los techos son alegorías de las artes, de la industria, del comercio, de la agricultura, y los lunetos, son de Manuel Domínguez. También trabajó el escultor Ángel García, que hizo unas esculturas en yeso.

Escalera y ascensor originales

En cuanto a la movilidad por dentro del edificio, Velázquez Bosco hizo la escalera principal, y otras tres de hierro, que se conservan originales, y tres ascensores, uno que subía directamente al despacho del ministro. Con el tiempo y todas las remodelaciones posteriores se han metido más escaleras y más ascensores. Los lucernarios del edifico son de los Altos Hornos de Vizcaya y la verja corrió a cargo de los Talleres López.

Despacho del Ministro

En el despacho del Ministro, hay un fresco de Manuel Domínguez, así como un cuadro de Valleu perteneciente al llamado “Prado disperso”, es decir, pertenece al Museo del Prado, pero ha sido cedido para el Palacio.

Junto al despacho está el llamado Salón de micrófonos, que fue cambiado en los años 50, pues era de estilo barroco y estaba muy decorado, con columnas exentas y lleno de artesonados. Pero todo esto fue derribado y quedó como lo vemos hoy en día, aunque permaneció el suelo que es original, pues se ha restablecido al quitar un solado que pusieron encima. Esta sala la recuperó la ministra Elena de Espinosa, e instaló una sala de reuniones. Hay un tapiz de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, del siglo XVIII, de temática mitológica, y fue hecho por Jacobo Van der Gotten.

Tapiz del Salón de Micrófonos

Justo al lado, hay otro despacho con historia. En 1900, el ministro Francisco Silvela con la Regente María Cristina, deciden eliminar el ministerio de fomento y hacer dos ministerios, uno era Agricultura, Comercio e Industria, y el otro, Instrucción Pública y Bellas Artes. Este segundo despacho, era para uno de los ministros.

Como ya estaban trabajando y no podían pintar los frescos, le encargaron a Juan Comba, que era un ilustrador muy conocido, un lienzo del tamaño del techo. Como este edificio fue en su momento el más moderno de todo Madrid, después del Palacio Real, pues tenía baños para hombres y mujeres, urinarios privados, ascensores, timbres, telégrafo, telefonía privada y un generador eléctrico propio, Juan Comba pintó en el fresco un personaje especial, un pájaro de color oscuro, que da como un chispazo, en alegoría de la luz eléctrica. Las lámparas son originales de La Granja.

Segundo despacho

En el edificio es destacable la Galería de Retratos. Aquí están los retratos de todos los Ministros que ha habido en la historia del ministerio de agricultura, bueno, hay una zona de la galería donde no hay retratos, sino fotos, que pertenecen a los Ministros de agricultura de la segunda república, que fueron colocadas por la socialista Elena de Espinosa.

Sala de lectura

Hay dos preciosos patios de luces, uno de ellos restaurado, y el otro lo va a ser próximamente. Desde el patio se aprecian las entreplantas que se han ido construyendo en el edificio con el paso de los años. Se utilizó en un principio para instalar aquí despachos, ante la enorme cantidad de funcionarios que trabajaban en los dos ministerios. En realidad, fueron instalados en los sótanos, y aquí se puso un cristal grueso para que les llegara la luz natural, pero lo tuvieron que cerrar y pusieron suelo.

Patio de luces

Luego habilitaron los patios de luces como despachos, y llegaron los problemas en verano, porque hacía mucho calor. Entonces Velázquez Bosco colocó unas tuberías finitas por donde salían chorros de agua para refrescar el ambiente, pero con el cristal al contacto con el hierro recalentado y el agua fría, explotaba y caían cristales encima de los trabajadores. Para evitarlo pusieron una malla metálica, pero tuvieron que dejar de utilizarlo porque seguía siendo peligroso.

Galería de Retratos

En cuanto a la escultura del edificio, destaca la Gloria coronando a los caballos alados, que están encima del cubrimiento, y que son una alegoría del progreso. Las originales las mandó construir Agustín Querol a escala, en barro, y las llevó a Carrara donde, junto con otros marmolistas y escultores, las realizaron a tamaño real que, por cierto, son grandísimas. Se utilizaron para construirlas 40 toneladas de mármol.

Cuando estuvieron terminadas en 1905, llegaron por barco a Alicante, de allí, por tren a Madrid. En la línea de ferrocarril, hubo que cortarles las alas a los Pegasos, porque no entraban por los túneles, y luego se las volvieron a grapar. Para subirlas hasta arriba, tuvieron que construir unas plataformas de madera desde la puerta de la estación, hasta el tejado del edificio, con el mismo método de las pirámides de Egipto, pues las subieron con rodillos.

Patio de luces

Ya en los años 50, las esculturas se habían deteriorado tanto que, una pieza de 20 kg. de una de las alas, se cayó al suelo. Hubo que desmontarlas y le encargaron a Juan de Ávalos hacer un vaciado de las esculturas originales y construirlas en bronce hueco para eliminar el excesivo peso, que son las que hay hoy en día.

Gloria alada

Las originales las pusieron en la Plaza de Legazpi (los dos caballos alados), que también se desprendió un ala, y lo retiraron, y dejaron al otro vendado en previsión de accidentes. Los han restaurado en unos talleres del ayuntamiento, le han puesto las alas de fibra de vidrio y uno lo han vuelto a colocar.  La escultura de la Gloria, estaba en la Glorieta de Cádiz.

Detalle de la fachada

En la fachada también trabajaron Ricardo Bellver, que realizó el escudo, y José de Alcoverro, que realizó las dos cariátides que están  cada lado de la puerta de entrada. Una representa a la industria y la otra representa a las artes. También hizo las dos esculturas de los lados de la fachada, que son Ulloa, un cosmógrafo del siglo XVIII, y Balmes, un filósofo.

Puerta de la Cuesta de Moyano

Es muy curiosa la gran chimenea que hay en la parte posterior del edificio. Es de las pocas chimeneas industriales que quedan en Madrid. Está hecha de ladrillo con adornos neomudéjares. Su función era expulsar los gases y humos de las calderas de calefacción.

Chimenea

Y con esto, queridos amigos, terminamos nuestro recorrido por este singular edificio. Quiero dar las gracias por su colaboración y permisos para utilizar las fotos de Valentín Álvarez a un buen número de personas con las que he ido estableciendo sucesivos contactos: Elisenda Ruíz de Villalobos, Subdirectora General Adjunta, Juan Manuel García Bartolomé, Jefe de Área de la División de Estudios y Publicaciones, y Pilar Coello, Jefa de Mediateca. Y no me queda más que citaros para el próximo artículo. Os espero, no faltéis, y recordad… ¡PASO LISTA! Saludos gatunos

 
Créditos: 
Texto:    + Manolo G. Sanahuja (MadridEMCYMS) 
              + Información extraída de la visita guiada.
Fotos y vídeo: + Fotos y video Manolo G. Sanahuja (MadridEMCYMS)
                        + Fotos interiores cedidas por Ministerio de Agricultura, realizadas 
                           por (c) Valentín Álvarez.

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